Soria, ni te la imaginas

Aprovecho que aún tengo la memoria fresca para escribir la primera entrada del blog sobre Soria, fue un viaje que hice hace un par de semanas, concretamente a principios  de mayo, fue una sorpresa oír que teníamos un puentaco de 5 días de vacaciones en el trabajo (de sábado a miércoles) y hacia ya tiempo que rondaba en mi cabeza un viaje por estos lugares. La verdad que no me defraudó para nada y el temporal que hizo le dio un encanto un tanto especial.

Por culpa del temporal y de las secuelas de haber tenido una barbacoa el día anterior, descarté salir a la aventura el sábado, menos mal que no lo hice porque no paró de llover en todo el día, pero ya por la tarde, el gusanillo de la aventura ya había crecido demasiado.

Es domingo por la mañana y lo tengo decidido, así que como siempre, preparo la mochila con todo lo necesario para “sobrevivir” un par de días, este es unos de esos típicos viajes en los que sabes donde empiezas pero nunca donde acabas al final del día, así que es tontería mirar alojamientos, por si acaso, cojo el edredón, la almohada de la cama y.. al maletero, por si como de costumbre hay que hacer noche en el coche.

Los principales objetivos eran dos, primero La Fuentona de Muriel, el segundo y más espectacular, la Laguna Negra de los picos de Urbión. No estaba seguro de si podría acceder porque las previsiones daban nieve a hartar, mucho viento y temperaturas bajo cero. Revisando las publicaciones de instagram de la gente que había ido el día anterior, la cosa no parecía muy esperanzadora, aún así me parecía un buen viaje aunque no pudiese ir a la laguna, podría coger algún desvío e ir tachando otros sitios de mi lista de lugares que andaban cerca.

Comenzaba el viaje.

Justo a la hora y pocos minutos de salir de Madrid, tocaba la primera parada, Buitrago de Lozoya, un pueblecito al norte de Madrid, en plena sierra de Guadarrama. Su conjunto histórico bien merece una pequeña visita. Consta de un recinto amurallado casi infranqueable y muy bien conservado que rodea el municipio, que a su vez está también rodeado por el río Lozoya, el paseo por la muralla es uno de sus puntos fuertes y que más me gustó.

Muralla de Builtrago de Lozoya

En el interior del recinto amurallado nos encontramos con un castillo del siglo XV (por lo que he leido está en ruinas pero en proceso de restauración), este castillo está edificado sobre los restos de otro de origen musulmán. Buitrago de Lozoya se caracterizó por ser un punto estratégico y defensivo, cuenta incluso con un foso para su defensa.

A las puertas del castillo hay una catapulta que me recordó a película el reino de los cielos.

Catapulta en el castillo

Como llegué tan pronto, todo estaba cerrado, así que aproveché para echar unas fotos, pasear por su muralla y volver al mi camino.

El siguiente punto de control estaba de camino a Soria, ya dentro de esta provincia, era un lugar que descubrí pocas semanas antes, la fortaleza califal de Gormaz. Y es que ya desde lejos impresionaba, fortaleza de origen musulmán cuya construcción comienza a finalies del siglo X, durante el califato de Córdoba.

Fortaleza de Gormaz

Impresiona su larga muralla que ocupa todo el cerro y por dentro impresiona su gran explanada donde acampaban las tropas. Otro punto fuerte e interesante es admirar su puerta califal y dar un paseo por su muralla. Esta fortaleza llegó en su momento a ser la fortaleza más grande de Europa y un punto estratégico muy codiciado.

Fue tomada varias veces por ambos bandos, cristianos y musulmanes. Imaginaos las batallas y los asedios que ocurrieron en este lugar, solo de pensarlo se ponen los pelos de punta. Almanzor tomó esta fortaleza y permaneció en manos musulmanas hasta que El Cid la retomó para los cristianos definitivamente. Posteriormente se usó como cárcel hasta que cayó en abandono y quedó en ruinas, una verdadera pena como la mayoría de estas fortificaciones, destacar que la visita es gratuita.

De camino a La Fuentona me topo con otro castillo, y es que me encantan los castillos, si veo alguno cerca tengo que hacer una paradita sí o sí, son pura debilidad. Este castillo es el castillo de Berlanga de Duero. Paradita pequeña solo para admirar la preciosidad y robustez que imponen sus murallas, claramente foto obligada sin dudarlo.

Castillo de Berlanga de Duero

Al poco rato de conducir por una carretera con más curvas que la de Cuenca, llego a mi destino, La Fuentona de Muriel. ¿Conocéis el dicho que dice: “No es necesario hacer grandes viajes para descubrir grandes tesoros”? Pues este es uno de ellos.

Dejo el coche en el parking (2€) ya que hay que recorrer poco menos de 1 km para llegar a La Fuentona y me pongo a caminar siguiendo el cauce del río Abión y sus aguas puramente cristalinas. Quedo tremendamente impresionado al ver todas las piedrecitas del fondo del rio. Disfruto paseando entre los barrancos y los desfiladeros de este lugar, y por encima de todo, me encuentro con los dueños del lugar, buitres planeando y reposando sobre las cimas de las paredes.

Sigo el camino muy bien señalizado, cruzando un puentecito y observando el río hasta llegar a otro puentecito de madera donde el agua debajo de él hace unos quiebros y unos saltos, de ahí una bifurcación de la que salen dos senderos, a la izquierda La Fuentona, a la derecha la gran cascada, decido ir hacia la derecha para ver la cascada, por el camino el agua brotaba directamente desde el suelo.

Pero al llegar un sentimiento de lástima me llena, no esperaba que no cayese agua porque con todo lo que había llovido los días y meses anteriores, me pareció rarísimo, estaba seca, en mi cabeza solo pude hacer una imagen mental de la cascada con agua y pensé que debería ser brutaaaal verla en todo su esplendor, después media vuelta y camino otra vez al puente para tomar el otro sendero, esta vez si, ¡¡Camino al Ojo de mar!!

Cascada sin agua de la Fuentona de Muriel

Al llegar a La Fuentona, ví lo que tanto había deseado de ver, un paisaje sacado de cuento, decidí subir lo más alto que pude por la colina que hay detrás para sacar una foto panorámica de La Fuentona, este lugar suele ser muy concurrido, pero al poco rato por fin puedo sacar una foto sin ningún visitante.

Este lugar es uno de los mejores lugares de España para hacer espeleobuceo (y doy fé de ello). Si os entra curiosidad sobre esto, os recomiendo un documental de “Al filo de lo imposible” donde se adentran en las entrañas y las profundidades de esta cavidad acuática para descubrir ese mundo desconocido, lleno de misterio, peligros, galerias, sifones infranqueables, grutas y fuertes corrientes subterráneas.

Mapa de la fuentona

Me siento para admirar este bello paisaje y comer algo para tomar fuerzas para lo que me espera después…

Ya es mediodía y vuelvo al parking de La Fuentona, me subo al coche y me dirijo camino a Soria capital, un compañero de trabajo me habló bien de una ermita a las orillas del Duero, la famosa ermita de San Saturio es la próxima parada.

Para llegar a esta ermita bordeo Soria siguiendo la autovía y cogiendo posteriormente una carretera nacional, seguramente en otra ocasión vuelva para ver la ciudad, no quería entretenerme y quería ver la ermita rápido porque solo tenía en mente la Laguna Negra.

Al llegar aparco en un apartadero al lado de la carretera y observo que los carteles indican el camino que conduce a la ermita pasa por un monasterio, el monasterio de San Polo. El camino al monasterio es un precioso camino rodeado de arbustos, arboles y con huertas alrededor, todo esto a las orillas del mágico Duero. Desde aquí ya puedo divisar la ermita de San Saturio sosteniéndose de manera mágica entre grandes bloques de roca.

Ermita de San Saturio

Por el camino me fijo en una gran cruz antiquísima a la derecha del camino, es una tumba templaria!! Este monasterio perteneció a la orden del temple.

Al llegar a la ermita de San Saturio, me fijo en una inscripción que hay en la pared, es un trocito de un poema de Antonio Machado llamado “Campos de Soria”, enserio.. ¡¡qué lugar más bonito!!

Ermita de San Saturio

La ermita tiene una cueva debajo de ella desde parece que se puede subir y entrar a la ermita pero está cerrada al público claro.. Como quiero sacar una foto espectacular, cruzo el puente del Duero hasta el otro extremo de la orilla, donde la panorámica es más espectacular aún.. Saco unas fotos y vuelvo al coche..

¿Y ahora qué? La hora de la verdad, el temporal parecía que daba tregua, el sol estaba tímidamente asomado. Era la oportunidad, o eso creía yo, que ingenuo.. no sabía lo que me esperaba más adelante..

Con todo decidido, eran las 5 de la tarde, pongo rumbo a Vinuesa, de ahí cogería el camino forestal que llega hasta el aparcamiento de la Laguna Grande y subiría andando el escaso kilómetro que hay de este a la laguna. Sale un bus cada media hora pero recomiendo encarecidamente que este tramo se realice andando, el paisaje es espectacular, no puede describirse tanta belleza.

En el camino me fijo en una vaca que estaba rascándose el cuello con un trozo de árbol, me observa por un momento y vuelve a lo suyo.

Para mi sorpresa, justo al pasar al aparcamiento (4€) le pregunto al encargado que tal esta la cosa para subir, a lo que me contesta que “no hay problema, si el tiempo te deja..”. Bueno, pues es justo decir eso y empezar a nevar como jamás había visto nevar. Cojo la cazadora, la gorra (a falta de gorro) y para arriba que voy. Me doy cuenta que yo soy el único que sube, toda la gente que veo esta bajando. Me resulta imposible no pararme a cada minuto para observar todo, sobre todo la parte izquierda del camino, grandes paredes de decenas de metros de altura llenas de nieve a rebosar y el sonido del agua cayendo por doquier.

Cuando por fin llego empieza a nevar con más fuerza aún, el sendero que separa el camino de la laguna es empedrado y parece una pista de patinaje, me cuesta un montón sacar la cámara porque se me estaba empapando, aún así, tímidamente saco unas fotos espectaculares y por fin la veo.

Si la Laguna Negra de por sí es bonita, no os podéis hacer una idea de lo que es verla congelada…

Según cuentan las leyendas, dicen de ella que es insondable, que no tiene fondo, que se comunica con el mar mediante cuevas y corrientes subterráneas.. También dicen que hay un horrible y gigantesco ser que vive en sus profundidades y que devora todo lo que cae en ella. Y es que este es uno de esos lugares en los que por alguna razón quedan grabados en la retina. En medio de un bosque de hayas y pinos centenarios, rodeada de un majestuoso muro de rocas, ver sus frías aguas congeladas y rodeadas de un manto blanco es aún más bonito si cabe. Hay algo mágico en este lugar que te llena el alma, y no es para menos.

Aprovecho todo el tiempo posible para hacer fotos, vídeos, selfies.. La recorro de un lado hacia otro por la pasarela de madera una y otra y otra vez, observándola, disfrutando como un niño.

También observo la cascada que esta de camino al pico de Urbión pero veo que es peligrosísimo subir hasta allí por la cantidad de nieve que hay acumulada, además de la que está cayendo y los precipicios que hay que sortear, son casi las 8 así que no me da tiempo para mucho más, doy la vuelta y vuelvo al parking, antes me juro a mí mismo que volveré..

De vuelta en el coche bajo hasta Molinos de Duero y me busco un sitio tranquilo donde aparcar para pasar la noche, el día ha sido largo, como algo para calmar el hambre y combatir el frío, me relajo un poco escuchando música y enrollado dentro edredón y del saco de dormir me quedo frito en cero….

Burgos me espera al día siguiente, pero eso os lo cuento otro día..