Es jueves por la mañana y después de haber llegado cansado por la noche a Rubí, desayuno pasando un rato con la familia y voy a jugar y pasear con Brac y Piva. El día está un poco nublado y hay previsiones de lluvia, por lo que por la mañana voy a hacer recados con mi tío y por la tarde le convenzo para subir a La Mola.
La Mola es la montaña más alta del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac en la comarca del Vallés Occidental, con 1104 metros de altura. En su cima se encuentra el Monasterio románico de Sant Llorenç de Munt, actualmente reconvertido en museo-restaurante.
La Mola es una montaña muy característica, tiene forma de mesa, de ahí su nombre. La subida es fácil y se hace en apenas hora y media, las vistas desde arriba son espectaculares. Justo al llegar arriba tuvimos que darnos la vuelta porque empezaba a nevar.
Al día siguiente toca subir, como de costumbre cada vez que vengo por aquí, a la montaña mágica (o montaña serrada), y como siempre, Montserrat nunca defrauda.
Una de mis montañas favoritas. Aunque cada montaña tiene algo que la caracteriza, esta montaña tiene un toque especial.. Tiene un punto de energía que te revitaliza, que te llena el alma. Algunos dicen que es un lugar sagrado de poder, que dentro de la montaña hay puertas interdimensionales que conectan con distintas dimensiones, dicen que una de ellas conecta con Agharta (reino subterráneo de los dioses) y que este portal de conexión fue creado directamente por antiguos habitantes de la Atlántida.. y es cierto que hay algo en ella que te atrae. Algunos estudios afirman que la montaña está hueca y que en su interior tiene un lago (lo que si se puede realizar es una ruta por sus cuevas) y que aquí es donde estaría escondido el Santo Grial, y tal caso es que hasta Hitler vino aquí a buscarlo.
La primera vez que subí arriba lo hice en el cremallera que sube desde el pueblo hasta el monasterio, pero las mejores vistas se tienen subiendo por la carretera. Con numerosas curvas y vistas alucinantes, poco a poco ves como vas ganando altura y estás hipnotizado por el paisaje. También se puede subir andando por caminos bien asfaltados o incluso dentro de una cesta en teleférico. Queda pendiente para la próxima vez que venga subir en el teleférico.
También entre estas curiosas formaciones se han dado numerosos avistamientos de ovnis, tantos que todos los día 11 de cada mes desde 1977, se reúne un grupo de personas en una explanada en la cima para intentar ver esas luces en el cielo. Cuentan que numerosos sucesos sobrenaturales ocurren aquí.
Dentro del monasterio, custodiado por monjes benedictinos, está la virgen de La Moreneta y es costumbre besar o tocar su mano derecha, que sostiene una bola que es símbolo del universo.
Paso al monasterio para hacer unas cuantas fotos a las esculturas y me pongo camino de la cima, el monasterio queda a mitad de camino entre el pueblo y la cima y hay varias posibilidades de subir (un camino de rampas, otro cremallera, por escaleras..).. Como es la tercera vez que vengo por aquí, tengo claro que tengo que probar el único camino que me falta por hacer y que sube al punto más alto de la montaña, son unas escaleras que se esconden por detrás del monasterio para rodear una parte de la montaña y llegar al punto más alto.
Después de una hora y media de camino, una vez arriba las vistas son de infarto.
El punto más alto es el pico Sant Jeroni a 1236 metros. Hay zonas en las que no hay vallas de seguridad y si tienes un descuido podrías acabar despeñado cientos de metros.
En lo alto de un peñasco, hay una replica de la virgen de La Moreneta. La pusieron ahí desde un helicóptero, si hacéis zoom, podréis llegar a ver la silueta.
A la vuelta con más calma observo como una pareja escala una vía, el tipo de roca es un conglomerado. Espero que en la próxima visita pueda traer los trastos de escalada para trepar un poco por alguna vía.
Termino la ruta por Montserrat ya por la tarde y el último punto del día es el parque de atracciones/iglesia del tibidabo, en la sierra de Collserola. Donde hay uno de los mejores miradores para contemplar la ciudad. Aquí hay un antiguo parque de atracciones en desuso y una gran iglesia que me fascina. La primera vez que la ví era noche y os aseguro que verla de noche con las luces de los focos apuntando es espectacular, de día no asombra tanto. Al entrar dentro de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús suena el órgano.
Visto todo por aquí, vuelvo a Rubí para descansar y preparar el regreso por Huesca del día siguiente. Ahora viene lo mejor del viaje..
Día1: Juego de Tronos, fortalezas inexpugnables y pueblos fantasma.
Día2: Barcelona, montañas mágicas.
Dia3: Huesca, murallas chinas y escaleras en precipicios.
Los comentarios están cerrados.